jueves, 24 de noviembre de 2011

Mi fútbol, mi pelota….

El no existe sin ella, no hay ballet, no remata y mucho menos la frena, no hay ejecución ni chiflido desde el córner; el fuera de lugar se queda quieto, y las tarjetas solo existen para apuntar notas con otros argumentos. La caprichosa sabe que es famosa, por que las miradas la persiguen en cada palmo del terreno… de la cancha.
Gira en el sentido correcto e infla las redes del gran hervidero, la redonda algunas veces es a la antigua blanco y negro, estrafalaria cuando sale de luces o de amarillo, naranja o un rasado extremo. Ella es la protagonista de sueños, hace grande las virtudes de un extraterrestre que revoluciona el fútbol a mil por hora.
Ayer me preguntaba si el color de este balompié nuestro existía solo en el retrete da las mentes que gozan del buen espectáculo, cundo una ramberse explota en el extremo mas corto de aquel rectángulo las pupilas se dilatan y no lo puedes creer, entonces no sabes si es como la película CUANDO EL DESTINO NOS ALCANCE que solo por la pantalla es posible ver eso.
Eso, eso mismo es fútbol, la expresión de cumbia en tu corazón que levanta el alarido del más apático. Provoca un aplauso en el mismísimo Bernabéu aunque el rival en turno se vista de blaugrana. No hay brújula para encontrarlo tan lejos, en los barrios recónditos, en una cancha para siete, en un fut tenis encuentras alegría y entrega.
Mi corazón es amateur, se muere con el escudo de frente al sol, calla el burocratismo para imponer el idealismo, compara lo de hoy recordando las vivencias de aquellas tardes perdidas en un partido de ocho goles… es fantástico. Hoy esto es solo una mala edición de una película grotesca, este fútbol nuestro frena a un país cuando lo han dejado sin comer.
Camina y engrándese bolsillos cada día mas obesos de tanta ignorancia por este lindo deporte, hoy lo mediático abusa de lo artístico, las cortinas de humo ensordecen al mas despierto, hoy nada detiene a esto, exactamente por que el fut se les olvido en el cajón de las medias sucias y rotas por el paso del tiempo, del ayer.
Mi fútbol y mi pelota no los presto y ni siquiera trato de compararlo, lo que me inculcaron se queda en la maquina del recuerdo que echo a andar cuando me paso buscando explicaciones tonta del por que no funciona un grupo de once cuando salta a la cancha. Esto es lo que provocas mi querida cenicienta, eres esa blanca sensación de bienestar cuando te ponen a rodar. Le robas aire a la vida y así inflas tu presencia, es así como engrandeces al fútbol nuestro de cada acontecer…

ROBERTO CARLOS VARGAS MENDOZA (ruPErto!!!)

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