jueves, 25 de octubre de 2012

"LOS FLAMINGOS SI VUELAN"

Como si la sustancia de mi propio sueño no tuviera fundamentos caí intentado correr nuevamente tras el balón, fue inútil, la red arropo mi caída, con el césped a cuestas decidí que no lo intentaría más. Mi paciencia se debilito, el coraje cegó parte de mis sentidos vitales, los bloqueo para no darme cuenta que la vida continuaba para reírse de mi poca Fé. Uno a uno caímos drogados dentro de la misma botella de la que bebíamos, a la cual acudíamos para ahogarnos de felicidad, de logros; de alucinación banal. Eran huidas en contragolpe, muchas estúpidas incorrecciones de placer absurdo y triste. Las preguntas siempre tenían ocasión cuando mujeres extrañas se alejaban de la habitación, y yo en un preludio de fastidio contestando con un lo siento. Desde esa misma ventana se divisa un avión tomando cielo, la reprimenda será fuerte, espero el acomodo en otro vuelo, cuanta impaciencia. Aun el campeonato es una ilusión, YO, eh perdido más que eso. Luego miro soberbio y ególatra mi setenta y siete sobre la espalda de un chico. Como si la realidad no superara mi ficción, me hago el desentendido; pero mis adentros exigen al muchacho venga por una firma en aquella playera. .. en mi playera. La costumbre me hace repetir cualquier cantidad de veces la rota e irreversible actitud simplona de cretino egocéntrico. Y aunque la mayoría de las ocasiones surte efecto mi dominio de sincero al no serlo, la gente sigue confiando en mí cada que mi botín es portador de balones bien colocados. Diestra o ambidiestra, los dos robles que uso de piernas pisan seguros un metro de campo, hierva y cal. Y me sostengo en un bostezo aburrido para lagrimear de cansancio y bullicio. No me quiero sugestionar con el echo del primer juego en banca; puesto que esta, es fabricación para procesos verdes, sosos y un talento poco afable. Y luego listo, cruzo el cielo con todo y el mismo temor que de pequeño sentía al subirme a un avión para verlo desafiar las leyes de aquello que dice: "TODO LO QUE SUBE TIENE QUE BAJAR" y claro, acá, lo determinante es como se baje. Baje con la fiesta conectada nuevamente, fue mi pretexto perfecto un buen vodka a las rocas para el turbulento camino, tenía que reportarme con el equipo a entrenar en menos de 1 horas. El remolino de cámaras y micrófonos en un instante resoplaban cuestionamientos, el barullo fue incesante, feroz; poco afable, acusando mi profesionalismo habido de capacidad. Corrí para tomar un taxi, pedí al chofer me llevara al club; fue mi poca cordura o las horas donde viviría un cambio de jugo drástico en mi vida. Al tomar Av. central la imagen decoloro el iris de la calle, al recobrar la claridad el audible sonido de sirenas deambulaban concentradas en un mismo tono de desastre, quise asomarme por la ventanilla pero me note recostado; solo podía ver a un paramédico desesperado dando instrucciones; no entendía nada. Instantes después un cuarto de hospital era mi entorno. El giro de mi carrera cobraría su mejor tiro libre, una pierna, la que más sentido le ofrecía a mi futbol era un pedazo de la nada. Ayer ya hace un mes del accidente, las noticias recordaban cual importante y relevante pudo haber sido mi empeine, mi muslo, mi tibia y peroné. La irresponsabilidad, y la poca cordura; la insensatez como decía el "EXPERTO". Me quede frustrado, la vida de golpe tomo una parte de mi para mostrarme que los superheroes son el fracaso inventado de los débiles. Ahora soy el meta para "club 18", la pandilla de mi cerrada armo un equipo y me incluyeron, en un principio solo les agradecí por la atención, pero el gordi replico que no era una simple atención, me consideraban como un integrante más. Uno no se olvida de lo que fue, del campo, las gradas; el sancochado de sudor, hierva y patadas. Con mi uniforme rosa y erguido sobre mi ejercitada pierna hoy solo soy un flamingo rosado dispuesto a surca las dimensiones de lo terrenal, recomponer las situaciones del partido por más clara que sea la superioridad del rival... ROBERTO CARLOS VARGAS MENDOZA (ruPErto!!!)