domingo, 22 de abril de 2012

Motores de Papel

Dicen que escribir te mantiene en el aire, te sujeta por un instante largo al chasqueo de las teclas. Es un melodía avasallante que inunda tus oídos, tus ojos; cada uno de tus sentidos. Cuando esto sucede debes permitirte traspolar tu ingenio a la Patagonia si es necesario, a cualquier rincón. Un día a mis siete y tirado de panza en el suelo, las grande avenidas fueron mías y el transito multicolor se hacia extenso; era el dueño del mundo. Junto a mis carros recorría infinitas regiones, sobre llantas de plástico explore un mundo fascinante. -Quien sabe por que siempre tuvo esa costumbre de perderse en las llantas de los camiones o coches ¡SE LE IBAN LOS OJOS! me quedaba observando por largo rato como te perdías, y me preguntabas que si esos neumáticos también eran de plástico como los de tus carros- como recuerdo eso de mi madre, el ver a su pequeño limpiando el piso con la ropa recién lavada, pero jamás hubo un reclamo; era un deleite escuchar los efectos que el producía con la boca par darle vida a los motores imaginarios. En aquella pequeña mente aventurera no existían rasgos del tiempo, no había la preocupación tremenda de comprender que seguía al otro día. La única obligación se llamaba escuela, entender matemáticas, español, las utópicas y desaparecidas clases de Etica y Civismo. Mi mundo fueron los carritos, nunca fui fan de los muñecos, me parecía aburrido crear una historia que no tuviera que ver con autos. Un día era chofer de camión colectivo, luego taxista; me convertía en el suceso mas indispensable sobre ruedas. Alimentaba mis juegos con expectativas solo de instantes y ya; es decir, nunca quise conducir un formula uno, plantearme eso como objetivo hubiese sido total infelicidad para mi. Fue mi primer juguete. Es algo que me marco y tuvo en mi un resultado alentador, formarme aquella frase "CUANDO TENGA MI CARRO" al tiempo como todo, obtuve la compensación alimentada primordialmente de una imaginación espectacular. El esfuerzo de creer impuesto en cada paso, fue como aquella calabaza de cenicienta que se convierte en carruaje, un pequeño cuatro llantas de plástico calcado en mi presente afuera de mi casa, con mis llaves en el bolsillo; es dejar la enajenación e integrarte, hacer de aquel volido un miembro más de tu cuerpo, mimetizar su olor de nuevo para llenarte de destinos a donde sea que puedas volar. No parece sencillo pero como yo lo veo o asimilo si lo es, ayer que lavaba al nene como lo suelo llamar, escuchaba una canción en el estéreo, era un acústico de los Fighters, lentamente y como el viento tarareaba, recordé lo que un día platicamos…a veces necesitamos solo comenzar de cero, redescubrir la piel; darle stop a la cinta y girar el casete a lado B, curiosamente aquella canción se llama WHEELS, curiosamente observaba las llantas que no estuvieran bajas… ROBERTO CARLOS VARGAS MENDOZA (ruPErto!!!)

jueves, 5 de abril de 2012

"EL pOtrerO De Atrás"

Me acuerdo que fue una noche de brujas, jamas festejaba nada, vivía de los momentos, de los instantes. Detrás de mi casa había un potrero donde mis amigos y yo jugábamos fútbol durante todo el día, todos los días; desde que el sol asomaba, hasta que la luna se prendía para desgastar nuestra vista y parar por fuerza.

Todos mis amigos estaban disfrazados, el único aburrido era yo, no creía en esas tonterías de dibujarte un personaje para representar por unos momentos inventos de esa misma fiesta. A mi entender era tiempo de guardar, recordar a los que un día decidieron escoger eternidad en otros tiempos o a través del tiempo.

Y mi madre toda molestona me aturdía con su cantaleta, tanto era su insistir que decidí inventar mi disfraz, sobre una remera blanca una banda negra en diagonal trace sobre ella. Extrañada mi vieja pregunto -y ahora tu de que te disfrazaste- con una gran sonrisa conteste que en incha del Danubio, aunque soy del Nacional de corazón. Así comenzó mi historia, me llamo Rubén Sosa te acuerdas de mi…

Pensar en Rubén es desmembrar cosas del pasado, rascarle a la memoria, acudir a los recuerdos de papá para entablar una historia que genere mejores presentes para un fut donde lo intangible es avasallante entre lo espectacular, lo ridículo, lo poco creíble. Pienso yo, necesitamos recordar a estas estrellas; es decir, ellos necesitan saber que la redonda no los olvida.

A este figurín de la República Oriental del Uruguay con tremenda pegada lo debutaron a los quince años. El Danubio Futbol Club y el Prof. Markarian darían la oportunidad al mundo en 1982 de observar a un chico con cualidades barbaras, un delantero potente, técnico y con buena visión de campo.

Fui campeón de la Copa del Rey con el Real Zaragoza en el 86 haciendole gol al Barcelona del mítico Bernd Schuster, fue genial escuchar al pequeño Calderon rugir con ahínco disléxico, de esos instante necesita el ser humano en cualquier instancia de su vida. Fui goleador en Italia, con el cuadro Lombardo me cubrí de gloria tras ganar una copa UEFA en el noventa y cuatro.

Mi talento me llevo a la Bundesliga a Dortmun, pero mi alma me pedía retornar a la que yo adopte como mi segunda patria España; y mi sueño se cumplía, la escuadra del Logroñes logro repatriarme para jugar unas cuantas temporadas. Bien dicen que el recordar es vivir y yo jamás olvide el campito aquel donde peloteaba con la pandilla. Cuando regrese a Nacional sabía que era la hora de disfrutar como en aquella pequeña cancha atrás de mi casa.

Ya no había nada por demostrar, el telón se había cerrado y esto solo era para mi y los míos. Jugar en el Parque Central era consagrarme; volver a ser aquel chiquillo, ese pequeño que pedía a la noche no se entrometiera entre el y la pelota…Después Rubén Sosa fue y aseguro su futuro a China para jugar con el Shanghái Shenhua, para luego regresar a casa ,al Parque, al potrero de atrás…

ROBERTO CARLOS VARGAS MENDOZA (ruPErto!!!)