jueves, 24 de noviembre de 2011

“Al acecho”

Despertó roncando para que lo escucharan los mariachis de aquel Garibaldi inolvidable, su dolor fue tan deprisa para no darle un mal rato, se encontró vagabundo de las malas noticias en ese instante y suplico al viento entrara en su sangre para drenar sus recuerdos. Fue una película en VHS la que le prestaron, fue la perfecta, la que observo por última vez.
Eran las 12 de la noche el reloj corría tan rápido como aquel corcel de hierro en el que iban montados, antes la fiesta estaba chula de bonita, con platillos, confetis y mucha espuma para manchar la ropa de cada uno de los invitados. El se llama Esteban brillante licenciado en el arte de litigar asuntos promiscuos e inocentes en ciertas ocasiones. Al otro lado el buen Julián un sociólogo enamorado de la vida con un croquis para comenzar todos los días.
Charlaron un par de ocasiones de vanidades estridentes, otras pláticas de familias, hogares y mucha gente, hablaron de tiempos, de espacios y de ligeros recuerdos recatados. Fútbol templo divino ambos saben que es así. El whisky dejo de ser Escocés para convertirse en necio mexicano pa´ no dejarse de beber, fue una botella y otra y otra mas, seguro fueron muchas mas.
Disculpen a este “disque narrador de cuentos” por no recordar el lugar de la verbena, en fin. Vienen volando por el asfalto divino, robando las líneas que dibujan el camino. La noche es tranquila, ermitaña tal ves, pero siendo fiel testigo de esta carrera en solitario de aquellos. Truena como cristal estrellado en mil pedazos. Frena derrapando para encontrar una vuelta; y ahí la casa con varios amigos bebiendo un fúnebre Bacardi blanco.
Algunos le dicen el vino triste, por que hace recordar cosas que duelen como espinas en los pies, porque dulcineas vuelven hacerse presentes sin que nadie las llame, por voltear cerebros para dejarlos boca abajo toda la madrugada. Es alegre también, por que no, mientras escuchas una canción de Juan Gabriel, o de José José, de Joan Sebastián, es agresivo; pues vocifera enfermedades del corazón.
Es hora de partir, con una forma absurda en su estilo de caminar, no guarda la compostura para decir desfachatadamente “ESTOY BIEN, VOY BIEN HOMBRE”, Julián vuelve a replicar -duérmete un rato ahora, en unos cuantos minutos te retornas como nuevo- insiste e insiste, pero nadie razona con unos cuantos tragos en el cuerpo.
Se despidió el señor Licenciado con un beso en la mejilla de Julián, un abrazo fue bien recibido por el sociólogo, tomo su caballo y se enfilo al destino marcado, a la fiesta de la que salieron instantes antes… 1,2,3 tienes Díez Esteban, hoy tenemos el honor de presentar al Licenciado Esteban Segovia, Esteban no toques eso, Esteban hazle caso a tus padres, sonríe Esteban.
Nadie sabe nada, no huele a nada, no pasa nada. Solamente se le tronaron las patas al corcel. Hoy llueve para los muchos que te recuerdan, hoy la noche es más obscura que un pozo sin fondo, hoy escribo un cuento de terror dedicado a los tuyos. Supongo debe ser terror puro…
Vida un suceso alrededor de la pelota
ROBERTO CARLOS VARGAS MENDOZA (ruPErto!!!)

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