viernes, 12 de abril de 2013

tecnologías OBSOLETAS...

¡Carmen, Carmen!! mis píldoras por favor, la generosa Carmen abre otro paquete de mentas y al instante le lleva su dosis de lo que el llama pastillas para el corazón. Don ruco es un viejo afortunado pues la silla que lo mantiene atado a aquel pedazo de casa le salva a diario la vida del desorden en la calle. Repite siempre el nombre de Abel cuando despierta intempestivo, acomoda su inexistente cabello, limpia su lagrimal izquierdo, mira el techo que es un cielo pintado con vincis color eléctrico; señala el punto donde se unen pared, techo y suelo, dice que ese punto une todo; que somos un punto de fugo, a lo lejos somos pequeños, unos guapos otros feos. Don ruco es mi vecino, ayer tomaba el sol en su silla yo venia de comprar las tortillas, era la hora de la comida; ya no recuerdo el guiso solo el olor, don ruco me pidió una tortilla y como siempre le regale dos, las unto de aire; me botaba de risa, decía que era la mejor dieta -la tortilla no engorda; sino lo que abraza esta- me regalaba gacetas donde escribía crónicas deportivas, de tecnología, de sociedad, de política. Ayer pase y el ruco ni me miro, silencioso husmeaba la nada, estaba perdido en algún punto de fuga, Carmen su enfermera le limpiaba el lagrimar, lo tranquilizaba, luego se exalto y con gritos me pedía que me alejara -ES UNA CRISIS- dice Carmen -no te preocupes se le pasara- Entre a casa desconcertado con mi diagnostico inventado por que doctor no soy, afligido, triste, sonrojado. Me pone de malas no recordar una fecha, algo importante. Como cuando tuve una novia que era súper detallista, tenía una memoria impalpable, echa a detalles. El más mínimo instante lo comentaba como si un año no hubiera pasado. En alguna ocasión le compartí todo esto a don ruco, me palmeo en el hombro y de la bolsa de su pantalón saco una USB para regalarmela -toma, por todo lo que me cuentas seguramente ahora te servirá mas a ti que a mi, esta nuevecita no te preocupes a mi ya no me sirve, hace mucho la desinstalaron de mi sistema- me quede serio, sacado de onda. El sonreía y luego me llamaba Abel, pero resulta que Abel era un amigo de la infancia, de su ayer… ROBERTO CARLOS VARGAS MENDOZA (ruPErto!!!)