jueves, 24 de noviembre de 2011

“EL ONCE RUBIO”

Mientras escuchaba: PANAMA, PANAMA… LLANTO DOLOR SUFRIMIENTO DE UN PUEBLO… pequeña parte de la canción, el león Santillán de los “Fabulosos Cadillacs” observaba un partido del calccio: un Juventus Milán de la serie A en Italia claro… ahí el once rallado, el rubio albinegro que dejo Praga para ser grande, poderoso. El ganador en 2003 del balón de oro PAVEL NEDEVED “el león de Praga” como lo llamo Bruno bernardí en su biografía.
Tras de aquel menudo banderín de córner el león asecha sus presas, la derecha educada le da sentido a la pelota para encontrar las redes, un artista, el ítalo-argentino y un fondista danés esperan junto a la tribu bianconera en el área rival, el balón enmudeció en el pecho de Sissoko el nacido en el distrito de Ruán en la Francia de los enamorados y la Marsellesa implacable y deliciosa.
Mas tarde la blanquita termina en las manos de un tifosi rival ¡valió el boleto! dentro de mi cabeza replico. El cotejo esta echado en el medio campo y apostado para un gol en cual quiera de ambas porterías. Esos movimientos son el baile más adecuado el son de un ruido furioso, levanta la mano cuando ha observado un segundo antes la jugada.
Es el director de orquesta, esas diagonales se comen centímetros del futbol exquisito por naturaleza; el checo es actitud de normas avenidas con calidad para el balompié; eso es notable cuando mete un trazo doblando la cancha y que la redonda termine como instancia de poder ganar el partido. La rumba alborota este corazón mexicano pues su figura al borde del círculo central no tiene fecha de caducidad.
Se han encendido las bengalas para pintar la tribuna, el salto, el canto; el rito del espectador viviendo un espectáculo de primer mundo. Pegado a la banda y de espalda, la oportunidad de trascender, el “LEON” sin voltear miente con el cuerpo para salir avante desmallando al adversario, pidiendo sutura para un ombligo dañado.
Así es, un guerrero, el rubio bianconero aquel que puso el pecho y acepto las consecuencias… descendió para demostrar su calidad de persona. Esa, la que no lleva números ni líneas, ni lucha por un símbolo, amistad, la más noble de todas; la de Pavel Nedved el individuo. No le perdía el rastro y no me interesaba otra ocasión, solo observarlo a el y a ella.
Jamás se puede olvidar aquella plegaria y agradecimiento, cuando incado secaba lágrimas de gozo por amar esos colores, por entregarle a su país un mundial, su pasión. Permitió al universo soslayarse de mal futbol. Un aplauso, y otro, y otro más… la azzurra rindió tributo a pesar de un mundial no grato para aquel. Demostró las maneras básicas para jugar balompié, para soñar y disfrutar.
Y luego… el retiro como todo, acudió para dar paso al juego de pelota sin pies, dirigiendo, formando; no lo sé. Por ahí dicen que cuando hablan de Pavel Nedved al futbol se le enchina la piel…

ROBERTO CARLOS VARGAS MENDOZA (ruPErto!!!)

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