La vendita calma de la noche puso en coma el palpitar de la estruendosa voz, el coro angelical de la catedral anuncia el hecho de los peregrinos danzantes fieles a sus creencias, monos flotantes rechinean sobre las mamparas del cielo aborregado; es marea la que humea por debajo de los pies. Es ceniza como brea desprendiéndose de tu vejez, mi chinampa divina la ciudad de los palacios… r.c.v.m
No hay comentarios:
Publicar un comentario