jueves, 24 de noviembre de 2011

1996



Fuimos el bastidor de aquella escuela encumbrada a los brazos del sol, caminamos bien peinados con zapatos de charol. Tuvimos tiempos andariegos de sublimes ataduras, religiones remilgosas y gloriosas; es cierto, formamos parte del estrepitoso nueve cero que dejo como máximo al necaxa. Siempre vestimos de gala, más los lunes por obligación. En tiempos de secundaria el pasillo fue nuestro; pero ahora forma parte del recuerdo como las notas de un acordeón, como la risa desfigurando un rostro, como la noche que no murió… r.c.v.m.

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