En viva voz de un organillero suelta el suspiro el tremendo mimo que exhala consuelo…esa es la expresión de Coyoacán la de su preciosa catedral, la de los enamorados; la psicodélica por que no. La de los colores teñidos en manta, la de jardines frondosos. Es donde se detiene el tiempo, donde se respira cultura y arte.
r.c.v.m.
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